Camino despacio.
El sonido de mis tacones va rebotando contra las paredes del parking.
Cansada y deseando llegar a casa, voy caminando hacia mi coche después de una aburrida cena de navidad del trabajo. Yo no bebo y me ha cansado de aguantar a los moscones de siempre.
De repente, escucho algo que me hace girarme y mirar hacia atrás. No se qué es, pero tengo la sensación de estar siendo observada. Miro hacia todos lados pero no veo nada, no encuentro nada fuera de lo normal. Únicamente un pasillo vacío detrás de mi.
Al llegar a mi coche, abro mi bolso y busco mis llaves. Entretenida, las busco mientras me pregunto porqué nunca encuentro el llavero a la primera...
En un segundo una mano tapa mi boca y noto su aliento en mi cuello.Mi cuerpo queda paralizado por el miedo, mi garganta enmudece, me doy cuenta de que ni siquiera puedo gritar.
Siento la cara de mi atacante muy cerca de la mía y una orden en mis oídos:
- Silencio. No digas ni una palabra.Mis piernas empiezan a temblar pero percibo algo en esa voz que no me es desconocido.
Cierro los ojos y respiro profundamente, intentando relajarme... la sensación se acentúa. Siento su olor.. Si, ese olor me resulta tremendamente familiar.
- Disfrutaste de la cena?
Muevo mi cabeza arriba y abajo, asintiendo muy despacio y con una leve sonrisa. Esa voz....
-Me alegro por ti, ahora es mi turno para disfrutar. Me empuja contra el capó del coche, mi cuerpo se dobla y hace que mi cara quede contra el frió metal. No consigo ver quien es mi atacante.
Unas manos cogen mi vestido y lo suben hasta mis caderas. Esas manos acarician mis muslos, calientan mi piel a su paso. Las siento cada vez más arriba, van dejando una estela de fuego a su paso...
Sus caderas contra las mías, apretándose contra mi. Siento su erección frotándose contra mis nalgas. Una mano aprieta mi cabeza contra el coche, la otra busca, acaricia mi sexo muy despacio.
Mi humedad moja sus dedos. Entran y salen de mi cuerpo cada vez más deprisa, cada vez más dentro. Algo me molesta.. es mi lencería, que se interpone entre sus manos y mi cuerpo.
Escucho una maldición mientras le noto en mi cadera desgarrando mi ropa interior.
Mis bragas resbalan por mi pierna y quedan en mi tobillo.
Ahora el camino está libre y preparado para recibirle... No me hace esperar... Entra en mi cuerpo despacio, controlando cada movimiento. Sus manos saltan a mis pechos y los aprieta con fuerza.. mis pezones buscan el contacto.Mi cuerpo tiembla de placer.
Abro mis brazos y los extiendo sobre el capó. Intento sujetarme para equilibrar la fuerza de sus embestidas.
En mi cabeza estalla el caos... "Sigue por favor, sigue... Dame más, quiero más... Más fuerte, no pares...sigue follándome..."
En mi cuerpo estalla el placer. Mi cuerpo vibra, se retuerce de satisfacción. Mis gemidos se hacen más profundos.
Varios minutos después escucho un gemido más profundo que el mío. Siento su cabeza apoyada en mi espalda y su agitada respiración. No puedo moverme, no quiero moverme.
Cierro los ojos y me olvido del mundo por unos instantes...
Abro los ojos, me levanto y me giro buscándole pero no hay nadie detrás de mi: "Es imposible... dónde se ha metido?"
Algo brillante en el suelo llama mi atención. Junto a mi inservible ropa interior una pequeña tarjeta roja con un extraño código de barras...
Con una sonrisa, recojo mis cosas. Encuentro mis llaves y entro en el coche mientras pienso...
"Pues en realidad, la cena de hoy no ha estado mal, nada mal, al final ha sido buena idea quedarme este fin de semana en vez de volverme a casa de mis padres..."